En la década de los 90, SEGA era la competencia de Nintendo. Recuerdo anuncios que se publicaron en algunas revistas “gringas” en donde se daban hasta con la cubeta, destacando variedad de títulos y, por su puesto, poder de la consola. De esto sabemos los que llevamos nuestros años en esto, ahora eso quedó atrás y las cosas son diferentes.
Desde ese entonces Sonic The Hedgehog es la insignia de SEGA, este erizo azul que representa la velocidad en pantalla; así lo vendían en su momento al comparar sus juegos vs los Super Mario Bros. Sus desarrollos se destacaron en el género de plataforma 2D, ahí es donde su éxito se cimentó. Los intentos de llevarlo a otros entornos quedaron en eso, intentos sin éxito.
Su evolución dentro de las plataformas de SEGA continuó hasta que la compañía dejó de producir hardware, perdiendo su propio ambiente, disminuyendo su imagen exitosamente ganada en la industria de los videojuegos. La rivalidad no tuvo fuerza y las aguas se tranquilizaron en cuanto a la guerra de consolas de aquel momento. Un gran icono perdía terreno frente al adversario.
Ahora todo es felicidad en el reino, Sonic y Mario comparten títulos deportivos con los valores del barón Pierre de Coubertin. Sus máxima rivalidad se encuentra en Super Smash Bros., un título divertido en donde todo puede pasar y que presenta a personajes de terceros.
¡Curioso el hecho de que el gran rival le ha brindado un espacio y le ha ayudado a retomar esa grandeza! Sonic se mantiene presente dentro de las plataformas de Mario y compañía, espero verlo ahí con más desarrollos, pero con el trabajo que este personaje merece.