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‘Juicio al diablo’: la historia real del documental de Netflix que nos cuenta los hechos que inspiraron ‘El Conjuro 3’

Tanto El conjuro 3 como la docuserie Juicio al diablo se basan en la historia de la primera persona en los Estados Unidos que utilizó el alegato de la posesión demoniaca como argumento de defensa por asesinato.

El 17 de octubre próximo se estrenará en Netflix el documental Juicio al diablo, uno de los true crime más insólitos que se hayan visto en la historia de los Estados Unidos. Lo que pocos saben es que este caso también inspiró la historia que vemos en la película El Conjuro 3 (The Conjuring: The Devil Made Me Do It), perteneciente al Universo Warren. La tercera entrega de la franquicia The Conjuring llegó a cines en 2021 y, al igual que las otras películas de la franquicia, se inspiró en una supuesta historia real sobre la cual vamos a hablar  a continuación.

Juicio al diablo: la historia real del documental de Netflix

Tanto El conjuro 3 como la docuserie Juicio al diablo se basan en la historia de la primera persona en los Estados Unidos que utilizó el alegato de la posesión demoniaca como argumento de defensa por asesinato. “El diablo me obligó a hacerlo” fue la famosa frase que Arne Cheyenne Johnson usó en su juicio cuando se le acusó del crimen de Alan Bono en 1981.

Pero vayamos por partes.

Esta historia inicia en 1980, en Brookfield, Connecticut. David Glatzel, un niño de 11 años, comenzó a tener pesadillas en las que veía a “un hombre con grandes ojos negros y cara delgada con rasgos animales” que lo advertía de que tuviera “cuidado”.

Además de estas pesadillas, David comenzó a mostrar rasguños y moretones extraños en su cuerpo. Esto asustó a su hermana Debbie, quien pidió a su prometido, Arne Cheyenne Johnson, que se quedara con la familia por un tiempo.

David comenzó a ver al Hombre Bestia mientras estaba despierto, afirmando que tenía la forma de “un anciano con barba blanca, vestido con una camisa de franela y pantalones vaqueros”. Después de solicitar ayuda de sacerdotes católicos, la familia del niño decidió recurrir a Ed y Lorraine Warren, investigadores de lo paranormal.

Después de revisar al menor, llegaron a la conclusión de que David estaba poseído por hasta 43 demonios. Durante uno de los exorcismos que los Warren practicaron al niño, Arne Cheyenne Johnson retó a los demonios a que intentaran entrar en él.

David Glatzel acusó a Ed y Lorraine Warren por explotar a su familia para beneficio propio. (Créditos: Netflix)

Arne Cheyenne Johnson, el nuevo poseído

El tiempo pasó, las cosas mejoraron y todo parecía estar en calma, hasta que en noviembre de 1980 Debbie se mudó a su propio apartamento junto a Arne, quien comenzó a padecer trances donde afirmaba ver al Hombre Bestia. Cuando salía de ellos, el joven no recordaba nada.

La tragedia se desató cuando 16 de febrero de 1981, Arne asesinó a un ciudadano llamado Alan Bono cuando lo apuñaló con una navaja plegable de cinco pulgadas.

En su juicio, el joven alegó que estaba poseído por entidades sobrenaturales y fue cuando pronunció su frase “El diablo me obligó a hacerlo”. Sin embargo, la autoridad decidió que era culpable. Tras pasar cinco años en prisión, Arne y Debbie se casaron y siguen juntos hasta el presente.

Hasta la fecha, la legitimidad de las afirmaciones de David Glatzel y Arne Cheyenne Johnson son material de debate: algunos afirman que David sufría esquizofrenia y requería ayuda psiquiátrica, no un exorcismo ni un matrimonio que se dedicaba a investigar hechos paranormales. El propio David Glatzel acusó a Ed y Lorraine Warren por explotar a su familia para beneficio propio.

La nueva docuserie dirigida por Christopher Holt, intenta justamente comprobar los hechos tomando relatos de primera mano. La mejor conclusión acerca de esta historia es la tuya.

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