‘Volviendo a casa en la oscuridad’ es un recorrido por la maldad humana guiada por los resentimientos del pasado.
Una familia sale de día de campo a una zona apartada de la civilización en Nueva Zelanda. Todo transcurre en medio de la tranquilidad hasta que dos hombres con pinta de vagabundos irrumpen en escena y asesinan a los dos hijos a sangre fría. En este momento, el matrimonio conformado por Alan y Jill, dos profesores de secundaria, se enfrentarán a un infierno absoluto. Lo anterior es el arranque de uno de los thrillers más oscuros y desoladores que se pueden ver actualmente en HBO Max: Volviendo a casa en la oscuridad (Coming Home in the Dark), una cinta dirigida por James Ashcroft. De inicio a fin, la cinta es un recorrido por la maldad humana guiada por los resentimientos del pasado.
La cinta pertenece a esta especie de subcategoría del cine de horror realista en donde una o más personas sufren un secuestro y se les obliga a viajar con sus captores a lo largo de carreteras y caminos desoladas mientras se va explorando: 1-las motivaciones de los captores y 2- el pasado de los secuestrados.
Un callejón sin salida que cada vez se torna más aterrador y dramático
Es en este punto en el que el drama (y el auténtico horror) se desata cuando resulta que las vidas de uno de los vagabundos y de Jill, el marido, se cruzaron en el pasado. Uno creería que todo se planeó a la perfección para que este encuentro pareciera fortuito, pero aquí está lo más estremecedor: todo se trata de una coincidencia, un capricho del destino que juega con nosotros, los humanos.
A lo largo de toda la película, la intensidad de la situación central va apretando cada vez más los tornillos de los sentimientos de los espectadores. Los protagonistas están, en efecto, en un callejón sin salida que cada vez se torna más aterrador y dramático. Más de la mitad de la cinta se lleva a cabo de noche, lo que acentúa la atmósfera de miedo y desolación.
Mandrake, el malo de la película, es un tipo oscuro, con un pasado confuso y agobiado por los recuerdos de maltrato que sufrió en su niñez-adolescencia. Es el típico ser errante que solo busca con quién desquitar el aura de odio que manifiesta hacia el destino.
Volviendo a casa en la oscuridad es tan devastadoramente cruel que nos hace pensar en lo que acabamos de ver. ¿Es posible que algo así ocurra en la vida real? ¿Hay personas que actúan a sangre fría al saber que no tienen absolutamente nada que perder o ganar? Sí, la maldad existe, al igual que la justicia.
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