Advertencia: Como lo habrás leído en el título, esta reseña contiene potenciales spoilers de X-Men: Dark Phoenix, por lo que la lectura del siguiente texto corre bajo tu responsabilidad.
Después de varias postergaciones, X-Men: Dark Phoenix llegó a las salas de cine, en el final de la saga que arrancó en el año 2000 con la cinta dirigida por Brian Synger. La inspiración se dio en La Saga de la Fénix Oscura, escrita por Chris Claremont y dibujada por John Byrne en 1980, pero este trabajo nos deja sensaciones agridulces.
La cinta arranca con la manifestación de los poderes de Jean y el accidente que le cuesta la vida a su madre y deja afectado a su padre, quien le pide al profesor Charles Xavier tomar a la pequeña Jean en adopción, y convertirla en una de sus alumnas más destacadas.
Después nos trasladamos a 1992 (año en el que Claremont dejó el título de X-Men, y el estreno de la serie animada de los mutantes) donde los problemas con el transbordador Endeavor llevan a los mutantes al espacio para realizar una labor de rescate, donde una entidad cósmica toma a Jean, quien ve aumentado su potencial.
Los X-Men dejaron de ser los mutantes temidos por la sociedad a ser los héroes del momento, donde el equipo integrado por Mystique, Beast, Cyclops, Storm, Jean, Quicksilver y Nightcrawler son tan populares como otros héroes de La Casa de las Ideas.
Uno de los detalles que no terminaron de convencer fue la introducción de la antagonista, interpretada por Jessica Chastain, quien originalmente sería la emperatriz Lilandra, pero en esta adaptación, es una ciudadana que es poseída por una entidad extraterrestre, que comanda la búsqueda de Jean, para acabar con ella.
Si bien la película es sobre los X-Men (como grupo) el reclamo de Mystique sobre el papel que las mujeres juegan en ese equipo es destacado, con dos cuestiones sobresaliente, el empoderamiento de las mujeres en el seno del equipo y el gradual cambio de Charles Xavier, en una actitud de soberbia.
Las constantes manifestaciones poderosas de Jean, aunado a la búsqueda de su lugar en el universo la llevan a una travesía donde no sólo deja uno de los puntos trágicos de esta historia se da con la muerte de Mystique, tras la batalla entre los X-Men y Jean en el vecindario donde vive su padre, dejando una estela de destrucción y una nueva paranoia hacia los mutantes.
La entrada de Magneto y su comunidad de mutantes, que buscan vivir en paz aislados de la sociedad, le da fuerza a esta historia, colocándolo nuevamente en un camino opuesto al que traza Charles Xavier para ayudar, a su manera a Jean.
Cuando Alexandra (la mujer poseída por la entidad extraterrestre) encuentra a Jean, ésta le hace ver que su poder es inmenso, en un momento que por fín le da un empujón anímico a la cinta, la cual cae en momentos lentos y monótonos.
El clímax se da en el tren que traslada a los mutantes, quienes han sido inhabilitados por la Mutant Content Unit (MCU por sus siglas), pero este tren es atacado por los extraterrestres, los cuales la fuerza militar no puede contener, lo que desata la lucha final con los mutantes, Jean incluida, quien es consciente que sus actos descontrolados pueden derivar en el fin de la existencia del universo.
A pesar de que la obra de Chris Claremont (quien tiene un cameo en la cena presidencial en honor a Charles Xavier) es la referencia principal a esta película, la ópera prima de Simon Kinberg carece de la fuerza necesaria para mantener la narrativa a un ritmo parejo o ascendente, ya que después de las secuencias de acción vienen eternas escenas donde los dilemas morales salen a relucir.
El concepto de familia que se maneja en esta cinta funciona bien, a secas. Vemos a un Charles Xavier como el líder de un equipo juvenil que es comandado por Beast y Mystique, quienes se preocupan por llevar los caminos de los más jóvenes de este grupo.
Sophie Turner nos entrega una Jean Grey / Phoenix que se acerca a la idea que Claremont y Byrne nos entregaron en La Saga de Fénix Oscura. La joven actriz lleva a su personaje por todas las gamas emocionales, las cuales le pueden jugar una mala pasada de no controlarlas, algo que puede mostrarla como una débil o bien como la mutante más poderosa de toda la historia.
Los aspectos técnicos no fallan, e incluso ayudan a sacudir la monotonía de algunas de las escenas que por lapsos se vuelven eternas. Es evidente el cambio de estilo en la dirección de Simon Kinberg, quien lleva la historia a tintes oscuros, pero el guión no le ayuda a mantener una historia que pudo tener mejor final.
X-Men: Dark Phoenix deja atrás lo visto en X-Men: The Last Stand del 2006, y mejora en muchos sentidos con respecto a su predecesora, X-Men: Apocalypse, pero el desenlace de la trama deja un sabor agridulce para los fans de la saga de películas de los mutantes.
No obstante, Dark Phoenix sirve como buen final de esta serie de películas, con personajes entrañables a los que se les extrañará hasta que La Casa de las Ideas decida regresar a la raza mutante al séptimo arte, ahora bajo el auspicio de Marvel Studios.
La Saga de la Fénix Oscura en SMASH
Una de las sagas más importantes en la historia de los X-Men se publicó de manera original en 1980: The Dark Phoenix Saga, la cual influyó en la historia de los mutantes en años posteriores, e incluso en las series regulares que mes a mes SMASH y Marvel Comics México llevan a tus manos.
Como Marvel Girl y Fénix, Jean Grey siempre condujo su vida con heroísmo y sacrificio… pero ahora comienza a descubrir una fuerza oscura en su interior que la impulsa a explorar sus pasiones y necesidades más perversas y retorcidas. ¿Quién podría contener una fuerza cósmica capaz de arrebatar la vida con un suspiro? ¿Podrán los X-Men rescatar a Jean de su destino?
SMASH y Marvel Comics México traen para ti X-Men: La Saga de la Fénix Oscura, en una edición Deluxe, donde además de incluir los nueve números que comprende este arco, se presentarán cuatro historias adicionales, además de una galería de portadas variantes, tarjetas conmemorativas y arte nunca antes publicados.