Primera aparición: Strange Tales #90 (1961) y Howling Commandos of S.H.I.E.L.D. #6 (2016) como parte de All-New, All-Different Marvel
Strange Tales #90 de 1961 presentó al mundo a esta creación de Stan Lee y Jack Kirby. La historia comenzó con Orrgo y su gente viendo la Tierra y comentando uno solo uno de ellos podría fácilmente conquistar el planeta entero. Sin dudarlo, el alienígena cruzó a través de la inmensidad del espacio con sólo un pensamiento, llagando a la Tierra en medio de un circo. Exhibiendo sus grandes habilidades mentales —podía lanzar coches de policía como envolturas de dulces y lograr que los árboles cobraran vida para cumplir su voluntad—, parecía probable que Orrgo cumpliera su amenaza de dominación mundial incluso antes de hipnotizar a todos los humanos en la Tierra.
Pero su plan falló cuando Orrgo regresó al circo y tomó una siesta apoyada contra un árbol, sin percatarse que no había hipnotizado a todas las mentes del planeta, pues el gorila del circo —con hambre gracias al abandono por el estado mental secuestrado de su amo— se liberó y aparentemente mató al alienígena.
Esa muerte no fue clara y Orrgo regresó en las páginas de Defenders, lo que le permitió participar eventualmente con los Comandos Aulladores de S.H.I.E.L.D., quienes protagonizaron su propia serie de seis números el año pasado. Ahora el alienígena gigante actuó como el hombre de inteligencia del grupo, guiando las operaciones desde la base, sin ensuciarse las manos. Eventualmente, él descubrió demasiado sobre el nefasto Dr. Kraye quien envió a Orrgo a la prisión secreta de S.H.I.E.L.D: Pleasant Hill.
Como se lee en las páginas de Howling Commandos of S.H.I.E.L.D. # 6, Maria Hill ordenó a Kobik que convirtiera a Orrgo en un cachorro. Amado y cuidado de una manera que nunca había experimentado antes, el alienígena sintió gran rabia cuando el velo cayó durante el crossover Avengers: Standoff. Sin embargo, después de ver a sus compatriotas saltar a la acción para no sólo salvarlo, sino también tratar de llevar la paz en Pleasant Hill, Orrgo se dio cuenta de que tenía una familia, aunque no tradicional, que consiste en monstruos igualmente impresionantes.