Una de las compañías editoriales que más fuerza ha cobrado en la industria del cine es Marvel. Si bien en los últimos años Marvel Studios se ha convertido en una casa productora fuerte, esto no se entendería sin Blade.
Regresemos en el tiempo en el año 1998. Mientras Francia lograba su primera Copa del Mundo en el fútbol, Titanic imponía récords en la entrega de los Óscares, y Bill Clinton experimentó el sabor amargo del poder al ser involucrado en un escándalo sexual.
En años anteriores, Marvel había hecho intentos de entrar en el cine sin el éxito esperado, sumado a que producciones como Batman and Robin y Steel hundieron al género de superhéroes ante la crítica especializada y los fánaticos de los cómics.
El director Stephen Norrington y el guionista David S. Goyer fueron contratados por New Line Cinema con una misión que lucía arriesgada, desarrollar una película basada en Blade, el personaje creado por Marv Wolvman y Gene Colan, cuyo debut se dio e las páginas de Tomb of Dracula #10 (julio, 1973).
Para esta cinta, el papel protagónico recayó en Wesley Snipes, quien empezó a ganar fama con cintas como White Man can’t Jump, Demolition Man, Murder at 1600, y U.S. Marshals.
Blade no era uno de los personajes de primera línea para Marvel, a comparación de otros íconos de la talla de Spider-Man, Hulk, Captain América, X-Men, Fantastic Four, The Avengers, entre otros.
Norrington y Goyer lograron lo que no pudieron otras producciones como Howard The Duck (1986), Captain America (1990) y The Fantastic Four (1994), contar una historia que enganchara a la audiencia, y que con el paso del tiempo se convirtiera en una cinta de culto.
Blade fue hecha con un presupuesto de 45 millones de dólares, y consiguió una ganancia de 131 millones de dólares en taquilla.
Estos resultados fueron un bálsamo para la Casa de las Ideas, para que posteriormente desarrollara la versión cinematográfica de los X-Men, lo que le sirvió a Marvel para empezar la conquista de la pantalla grande.
Blade es considerado como un parteaguas en la historia de Marvel en el cine, ya que las siguientes producciones fueron hechas con historias más apegadas a los cómics, y los personajes fueron mejor cuidados por los realizadores.
Blade tuvo dos secuelas más. La segunda parte fue dirigida por el mexicano Guillermo del Toro, en 2002, la que se considera la mejor cinta de esta trilogía. En 2004 se cerró el ciclo con Blade Trinity.
En 2011 Marvel recuperó los derechos fílmicos de Blade y su incorporación al Universo Cinematográfico de Marvel está muy cerca.