Seguramente los has visto en muchísimos manga y anime: piscinas al aire libre que no son para nadar, sino para relajarse mientras se sumerge el cuerpo en agua caliente. Nos referimos, desde luego, a los onsen (温泉, literalmente “fuente de aguas termales”).
A lo largo del territorio de Japón hay miles de onsen. Esto se debe, a la intensa actividad volcánica del subsuelo, pero también a la abundante afluencia de lluvia que cae en todo el país. Algunos son administrados por los gobiernos locales y, por lo tanto, son de uso público. Otros forman parte de hoteles o ryokan (hoteles, pero al estilo japonés). Acudir a estos lugares es algo muy común cuando se tiene la oportunidad de tomarse unos días libres.
¿De dónde viene la tradición?
Es muy probable que la costumbre de acudir a estas fuentes exista desde siempre, tanto para fines recreativos como medicinales. En una nota del Registro Oficial de la Provincia de Izumo, elaborado en el siglo VIII, se describe un onsen al que se le atribuyen poderes curativos:
Sumergirse una vez relaja todos los músculos del cuerpo. Hacerlo dos veces puede aliviar toda clase de males. Así, hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, acuden a este lugar día y noche. Nadie se va de aquí sin beneficiarse de sus aguas. Por eso le llaman “baño medicinal”.
Actualmente, este onsen se encuentra en la actual prefectura de Shimane, en el poblado de Yumura, en las inmediaciones de la ciudad de Unnan.
No sólo las personas saben disfrutar de los onsen
Otro onsen muy famoso se encuentra en la prefectura de Nagano y se trata del que está en el parque de Jigokudani. Sin embargo, este no es un lugar para personas sino para el goce exclusivo de los macacos japoneses que habitan en la montaña. En esta región hay nieve por aproximadamente un tercio del año, pero las aguas termales que brotan naturalmente crean un ambiente propicio para la comodidad de los monos.
Aun si no se puede disfrutar de sus aguas, los visitantes pueden ver y tomar fotografías de los alegres ‘monos de la montaña’.
También puedes verlos en vivo a través de la webcam que los administradores del parque colocaron junto al manantial principal.
Si alguna vez voy a un onsen, ¿cómo debo comportarme?
- Aunque hay excepciones, lo habitual es que para entrar al onsen se debe estar completamente desnudo. Para un visitante extranjero esto puede ser todo un reto, pero una vez apaciguada la inhibición, descubrirá que no hay nada que temer.
- Pero antes de eso, es necesario darse un buen baño. Las instalaciones suelen contar con cubículos con todo lo necesario para darse una ducha y así poder entrar al onsen libre de impurezas. Aunque esto se hace por higiene, esta costumbre tiene cierto arraigo en el sintoísmo. Una vez hecho esto, se puede entrar al onsen con tranquilidad.
- No es raro que los personajes de manga y anime contravengan esta regla, pero en el onsen no se debe nadar ni chapotear. Quienes visitan estos lugares buscan relajarse.
- Si tienes tatuajes, es mejor preguntar en la entrada si puedes hacer uso de las instalaciones. Aunque esto está cambiando paulatinamente, todavía son comunes los lugares que no permiten que personas tatuadas ingresen al onsen.
- Si el onsen es público y no forma parte de un hotel o ryokan, no es para entrar desnudo en él. A lo sumo, se permite sentarse en la orilla y remojar los pies.
¿Te gustaría tener esta experiencia? ¿Alguna vez has ido a uno? ¡Cuéntanos en los comentarios!