Con el estreno de Justice League es interesante colocarnos en una especie de retrospectiva sobre el encargado de llevar al equipo de superhéroes más grande de la historia a la pantalla grande. Zack Snyder se ha convertido en el arquitecto del DCEU, desde el reboot de Superman en 2013, y aunque ha contado con la asistencia de otros directores como Christopher Nolan o Patty Jenkins, la realidad es que él ha sido la mente maestra detrás de todo el proyecto.
Who Watches the Watchmen?
Antes de tomar las riendas del universo cinematográfico de DC Cómics, Snyder se encargó de llevar al cine una de las obras más importantes de la industria del cómic: Watchmen. La historia de Alan Moore y Dave Gibbons se presumía como un proyecto infilmable por las características de los personajes, la ideología que Moore había impuesto en la trama y la deconstrucción del superhéroe que manejaban los artistas.
Por fortuna de los seguidores de DC Cómics lo anterior no fue un obstáculo para Zack Snyder, quien en vez de buscar reinventar la historia optó por tomar los 12 números de la maxiserie y usarlos como storyboard para la cinta. Evidentemente algunos cambios tuvieron que incorporarse a los diseños de los personajes, la ciudad que habitaban e incluso omitir algunos detalles en favor de condensar la historia de todo un año de publicación en menos de 3 horas… o un poco más si contamos la versión extendida.
Snyder entonces se convirtió en el director que llevó Watchmen al cine, sin la bendición de Alan Moore, pero con el apoyo del dibujante Dave Gibbons y una buena parte de los lectores de DC Cómics que encontraron en la película una de las mejores representaciones de su pasión más grande. El director no consiguió llevarse a los críticos al bolsillo, pero se aseguró un lugar en las mentes de todos aquellos que querían ver a sus héroes de las historietas en la pantalla grande.
Roschach’s journal…
¿Buena o mala idea que Zack Snyder tradujera todo el cómic al lenguaje cinematográfico? Una pregunta complicada cuando encontramos que cerca del cierre de la historia la situación da un giro para cambiar el final que se publicó en octubre de 1987. Es quizá ese detalle el único que muchos podrían adjudicarle a Watchmen de Snyder, pero también es uno de esos cambios que solo un director consiente del significado de la historia y de la audiencia puede presentar de forma sobresaliente.
En las poco más de 2 horas que dura Watchmen podemos observar como algunas de las viñetas más importantes del cómic suceden tal cual las leímos en algún momento de nuestras vidas. La desolada despedida de Edward Blake por parte de los Crimebusters, el oscuro pasado que oculta Rorschach o la insipiente e incluso desesperante relación entre Dr. Manhattan y Silk Spectre. Secuencias que nos recuerdan los trazos de Gibbons y los diálogos de Moore, pero de una forma más “sencilla”, en la que nos sumergimos de forma complaciente.
Aquel cómic que siempre quisiste que el mundo leyera estaba ante los ojos de una audiencia mucho más amplia, si funciona o no es indiferente, pero no se despega de aquellos que buscan revivir la historia o conocerla de una forma distinta. Snyder no se apodera de la obra, al contrario, la respeta hasta al más mínimo detalle, pero sí logra convertirla en una experiencia visual única para el género de “superhéroes”.
At Midnight, All the Agents…
La idea de tomar el cómic de Alan Moore y Dave Gibbons como storyboard ayuda a que todo lo que vemos dentro de la historia se convierta no solo en una adaptación fiel del material original, sino también en una especie de homenaje a los detalles que ambos artistas planearon para el cómic. Para muchos la gran cualidad de Watchmen como película es que no deja fuera ninguno de los puntos clave del material original, lo que nos ayuda a sumergirnos a la atmósfera de esta New York invadida por la guerra fría.
Una vez que nos encontramos con otros trabajos del director como Man of Steel o Batman v Superman, notamos que la inspiración de los momentos más importantes están inspirados por obras como El Regreso del Caballero de la Noche o La Muerte de Superman, las cuales se encuentran dentro de la historia con la misma espectacularidad visual que nos dejó impresionados en 2009. Sin embargo, la narrativa ahora sí corre a cargo de Snyder, quien busca darles su propia visión a los héroes, sin necesidad de depender del material original.
Si bien una cinta como Man of Steel parece completamente inspirada en la Trilogía del Caballero de la Noche de Christopher Nolan, una vez que nos encontramos ante la pelea de Batman v Superman o las decisiones que afronta Clark Kent en El Hombre de Acero, nos percatamos que es la visión de un mundo similar al de Watchmen la que ha impregnada en los héroes de la Liga de la Justicia.
A Stronger Loving World
Mientras que el DCEU nos ha permitido encontrar grandes hazañas heroicas en cintas que incluso han sido protagonizadas por villanos, es la esencia de un héroe funcionando en el mundo real lo que nos ha intrigado de esta vertiente de DC Cómics. La clave de Snyder en el cine de DC es que nos ha guiado a través de personajes frágiles, con errores y llenos de remordimientos y miedos.
Snyder aprendió de los Crimebusters a reunir un montón de superhéroes disfuncionales y buscar aprovechar los mejor de cada uno de ellos… quizá el problema es que esos personajes eran de Alan Moore y construirlos de una forma distinta es prácticamente imposible, mientras que trasladarlos de forma consiente a otro medio era una tarea menos complicada.
No se trata únicamente de tomar un superhéroe y hacerlo grande ante un mundo que por definición es mucho más débil que él, sino de demostrar que el héroe puede ser tan humano como aquellos que intenta salvar.