Superman, Saga de la Unidad: La Casa de El – Reseña y crítica

Superman, Saga de la Unidad: La Casa de El: La paternidad para revitalizar al superhéroe

Superman, Saga de la Unidad: la Casa de El, sin ser la propuesta más innovadora del mundo, cumple lo que que ofrece como entretenimiento, pero además sabe darle una poderosa bocanada de aire fresco al concepto

Por Jesús Chavarría

DC Comics

Si existía alguna duda del por que Brian Michael Bendis -impulsor de la línea Ultimate de Marvel-, tarde o temprano tenía que estar a cargo del destino del mas representativo de los superhéroes, basta que le de un vistazo a La Saga de la Unidad: La Casa de El, para darse cuenta de que fue la decisión adecuada en el momento oportuno.

Dentro del actual panorama del mundo de las viñetas, pocas veces llega a tener tanto sentido el uso de cuadros multitudinarios llenos de personajes con habilidades extraordinarias y usando uniformes coloridos, ya sea en insólitas reuniones o batallas espectaculares; conservando el afán efectista de los 80s que solía despertar la imaginación de cualquiera.

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Y es que aunque aquí los secretos intergalácticos que habrán de ser revelados, los mundos en conflicto y la amenaza que eso representa, parecieran ser algo lejano a la raza humana, todo tiene un punto de encuentro dentro del vertiginoso armado de la trama, para replantear con sutileza la soledad de Superman como uno de los últimos miembros de su raza y su exilio reconvertido en una misión heroica de proteger la tierra, que para muchos pareciera insignificante ante lo que sucede en el resto del universo.

Todo reflejándolo en las circunstancias de su hijo, quien a su vez  vive una accidentada iniciación en la que por supuesto dice adiós a parte de su inocencia, e incluye el encuentro con un personaje poco explorado y aquí muy convenientemente aprovechado para simbolizar la relación amor odio que suelen desarrollar algunos adolescentes con su padre; digna de quien habrá de ser el continuador de un legado inconmensurable.

Tener una familia como ésta

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Queda claro que la paternidad es el punto medular del asunto, no por nada el detonador es el viaje que el pequeño Johnathan Kent emprende junto con su abuelo Kryproniano -quien deambula entre la lucidez a veces ofrecida por la culpa y la demencia a la que puede llegar a empujar la justicia-, cuyos terribles pormenores conocemos a través de la narración que éste hace a su regreso.

Sin embargo también es el replanteamiento de aquello que dio origen al Hombre de Acero, para así matizar la relación que tiene con personajes clásicos como el General Zod y algunas oscuras organizaciones, además de sustentar en la tragedia conceptos que suelen ser tratados con excesiva frivolidad, como la formación de la Unión de Planetas, que se antoja con muchísimas posibilidades para ser explorada en posteriores aventuras, o su breve presentación a lado de Supergirl y el entrañable Krypto como una “Super familia”, dejándonos con muchas ganas de verlos juntos y en acción. Claro, esto amén de delinear a un brutal villano vinculado sin remedio al pasado de la Casa de El, del que aún hay mucho que aprovechar.

El escenario está preparado

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Se trata de una historia cuidadosamente diseñada para subsanar los desajustes provocados por ciertos movimientos, como el que hizo sobrevivir a Joe-El a pesar de la destrucción de su planeta, y al mismo tiempo sembrar llamativos elementos  para el desarrollo de futuras y muy diversas líneas arguméntales, ideales para explotar la imaginería creada alrededor del héroe de Metrópolis, acompañada con explosivas visiones de batallas ilustradas a detalle en hasta dos paginas completas, con un desarrollo que da muy pocos respiros.

Superman, saga de la Unidad: la Casa de El, sin ser la propuesta más innovadora del mundo, cumple lo que que ofrece como entretenimiento, pero además sabe darle una poderosa bocanada de aire fresco al concepto. Vaya que Brian Michel Bendis entiende al también llamado Hombre del Mañana.