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Sueños rotos, un cómic necesario
Acostumbrado a vender sus historietas en ferias de libros, eventos comiqueros y en algunos puestos y librerías especializadas o por medios digitales, H.G. Santarriaga es un escritor y dibujante de cómics mexicano que a pesar de las desfavorables condiciones que otorga México a sus creadores, poco a poco se ha sabido forjar un nombre cada vez más identificable en el medio, con propuestas arriesgadas tanto en el dibujo como en los temas que trata.
Pronto presentará Sueños Rotos: Sofía, primera parte de una trilogía de novelas gráficas “cuya temática gira en torno a la trata de personas, con el fin de dar a conocer y exhibir sus detalles más sórdidos [para] generar conciencia y un mayor conocimiento de este tema”.
A raíz de esta dolorosa y necesaria denuncia, construida con los medio que otorga el cómic, decidimos buscar a H.G. Santarriaga para conversar con él sobre su obra, el medio de la historieta mexicana y, por supuesto, su atrevida propuesta Sueños rotos.
¿Cómo evalúas tu trayectoria editorial? ¿Hay algún hilo común entre propuestas tan distintas como Mirando al monstruo a los ojos (que es para un público infantil), H3rmanos (con elementos de cyberpunk apocalíptico) o Sueños Rotos (denuncia social)?
H.G. Santarriaga: Trato siempre de contar algo a través de mis personajes y mis dibujos, algo que no necesariamente esté a la vista. La gran ventaja de ser autor independiente y publicar mi propio trabajo es que no hay línea editorial, no hay un límite fijado por nadie más que por mí. El único hilo común en cuanto a todo mi trabajo es gritarle al mundo mis ideas, mis pensamientos y mis opiniones que van escondidas entre los diálogos. Mirando al monstruo a los ojos es una historia de ciencia ficción para niños pero el verdadero mensaje es “solo puedes vencer tus miedos atacándolos de manera frontal”, H3rmanos, Coda, Cuervo Eléctrico y Luz eterna son historias de ciencia ficción ambientadas en el mismo universo cyberpunk y todas ellas hablan sobre la soledad del individuo frente a un engranaje social controlador; muchos de mis personajes son outsiders o misfits lidiando con la porquería de mundo que les tocó vivir, buscando alcanzar ideales universales como la libertad o el amor.
También hay un cambio gráfico en cada propuesta… ¿Cada obra requiere una propuesta de dibujo distinta?
HGS: En el único proyecto que he tratado de que sea “ligeramente diferente” es el infantil (por obvias razones), sin embargo, llevo años desarrollando un estilo gráfico personal en mi dibujo, un estilo que es mi propia voz, no es sencillo de digerir, es duro, es agresivo y demanda mucho, MUCHO del lector, y soy consciente de las consecuencias: muchos van a abandonarme, muchos no van a seguir… pero los que se quedan, se quedan para siempre y eso me hace MUY feliz.
¿Hay algún autor al que consideres que te influye más allá de que te guste?
HGS: Mis influencias más significativas las encuentro fuera del ámbito de la historieta, como en la música; con los grupos Sonic Youth y Pixies como los más trascendentes; además de que haber abrazado la ideología “hazlo tú mismo” del punk y plasmarlo en mi forma de trabajo, también he tomado el dinamismo en las secuencias de la animación de autores como Genndy Tartakovsky, Peter Chung y Alex Toth, así como las estructuras narrativas cinematográficas de las películas de Quentin Tarantino, David Lynch y Robert Rodríguez.
Hablando del cómic, Frank Miller es un autor que me influyó bastante en la forma en como narra las cosas, y gráficamente me gusta lo espontáneo, oscuro y profundo que es el trabajo de [Mike] Mignola, [Eduardo] Risso, Ted McKeever, Ashley Wood, Ben Templesmith, Dave McKean…
¿Cómo llegas a Sofía? ¿Por qué contar su historia?
HGS: Porque hay situaciones, como la trata de personas, que no podemos ignorar. A menudo ocurren frente a nuestras narices las cosas más horribles de las que es capaz el ser humano y en general buscamos evadirlas, no les hacemos mucho caso y peor aún, permitimos que sigan ocurriendo. Sueños Rotos: Sofía nos cuenta la historia de una adolescente que es enamorada y engañada para ponerla a trabajar como prostituta. Habla sobre este actividad ilegal en un sistema moderno de esclavismo. Se nos enseñó que “La que es puta, lo es porque quiere”; nos ponen a Julia Roberts en Mujer Bonita como una chica que trabaja como prostituta “para salir adelante”, y se genera esta idea colectiva de que ellas están ahí por voluntad propia… Sin embargo, la realidad es mucho más brutal. Con este proyecto quiero que la gente esté enterada sobre cómo funcionan las cosas… solo eso. Exhibir algo que está ocurriendo en todos lados y sacudir la indiferencia.
¿El cómic puede ser un arma de denuncia?
HGS: El cómic per-se no, pero como en cualquier otro medio, las ideas que contenga sí. Históricamente está demostrado que las ideas nuevas son el arma más poderosa del mundo a medida que se impregnan en una sociedad.
¿Qué es para ti el cómic? ¿Es arte o algo utilitario?
HGS: Me encantaría poder decir que es arte, pero no, el cómic, aunque usualmente está forjado con elementos artísticos, no es más que un producto de consumo de masas; con todo lo que ello implica.
¿Cómo ves el medio editorial mexicano, en particular en el cómic? Sobre todo con una propuesta como Nostromo…
HGS: Pues el medio del cómic es un caos (como el resto de la industria editorial). Yo pertenezco a una generación de autores que nos tocó heredar un absoluto desastre. Se nos dice que hubo una época de oro pero a nosotros no nos tocó ver nada de eso. Nos tocó heredar un desierto pos-apocalíptico sin cimientos, sin estructuras y sin futuro… Sin embargo, cuando no hay nada, y no tienes nada, NADA te pueden arrebatar y a muchos de los autores más jóvenes les ha tocado explorar este desierto y tratar de construir algo nuevo, cada quien está siguiendo un camino… explorando nuevas opciones, aprovechando las nuevas oportunidades. Hay muchos autores que han entendido muy bien la conectividad y el entorno digital, por otro lado hay un poderoso movimiento de fanzine. En el caso de Nostromo Ediciones llevamos más de seis años produciendo historieta sin parar, entendiendo que la auto-publicación es el mejor camino para nosotros.
Háblanos del medio del cómic mexicano, ¿cómo lo ves? ¿Todos tienen los ojos puestos en Estados Unidos?
HGS: No puedo hablar por todos, hay muchos autores, propuestas y formas de pensar muy diferentes, con alegría puedo decir que los mejores cómics mexicanos que he leído en los últimos años son historias muy auténticas, que no buscan parecerse en nada a lo que ocurre en EU. En mi caso, no me negaría a tener una participación allá, una leve colaboración, pero soy mucho mas feliz construyendo algo en este desierto, contando mis propias historias con mis propios personajes en lugar de estar maquilando para Estados Unidos.
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