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finales alternativos de Seven

#Cine

Así eran todos los finales alternativos de ‘Seven’ que Brad Pitt se negó a rodar por considerarlos demasiado simples

Los finales alternativos de ‘Seven’ son inferiores al desenlace que todos conocemos. Aquí la historia de cada uno de ellos.

El final de la película Seven, de David Fincher, es uno de los más devastadores, inquietantes y que mejor definen la palabra suspenso en la historia del cine. Incluso dio pie a una interesante teoría que involucra a Batman. Antes de llegar a él, la cinta tuvo finales alternativos, algunos se quedaron solo en ideas, otros en bosquejos, pero el resultado de lo que vimos en pantalla se lo debemos a que Fincher y el actor Brad Pitt lucharon con uñas y dientes para que la película terminara como sabemos.

Brad Pitt lo tenía muy claro desde el inicio: antes de que comenzara la filmación, el actor sabía que el final debía ser tal y como lo conocemos. Es decir, la cabeza de su esposa Tracy (interpretada por la actriz Gwyneth Paltrow) debía estar en el interior de la caja. No había manera de que el estudio convenciera al actor de otra cosa.

Una de las propuestas que el estudio proponía tanto al actor como al director era que John Doe (el asesino interpretado por Kevin Spacey) secuestrara a Tracy (Paltrow) y la mantuviera como rehén, obligando a los detectives Mills y Somerset (Morgan Freeman) a carrera contrarreloj para salvarla. Pero Fincher y Pitt lo rechazaron al sentir que era demasiado simplista. Y tenían toda la razón.

El final de Seven es devastador y lleno de desesperanza. El asesino se sale con la suya y termina muerto a manos de Brad Pitt, quien le dispara en la cabeza. Con ello, la misión de Doe queda concluida.

Pero había otro final, el cual Brad Pitt también se negó a rodar. En un artículo de Entertainment Weekly publicado en 2011, el actor aseguró que el estudio planteó que la cabeza en la caja fuera del perro de Mills y Tracy, quien además estaba embarazada al momento de su muerte. Pitt se negó en rotundo.

finales alternativos de Seven

“Con ‘Seven’, dije: ‘Lo haré con una condición: la cabeza permanece en la caja. Pon en el contrato que la cabeza se quede en la caja’. En realidad, también había una segunda cosa: ‘Al final [Mills] tiene que dispararle al asesino’. No hace lo ‘correcto’, sino lo que le apasiona. Esas dos cosas están en el contrato. Corte a: Pases de prueba de ‘Seven’. Dicen: ‘Sabes, sería mucho más heroico si no le disparara a John Doe, y es demasiado inquietante con la cabeza en la caja. Pensamos que tal vez si fuera la cabeza del perro la que estaba en la caja…”

Había más finales que de descartaron

Sin embargo, el estudio estaba empeñado en cambiar el final, al cual consideraban demasiado oscuro y perturbador. Se planteó otro final alternativo en el que Somerset impide que Mills mate a Doe disparándole él primero.

El asesino lamentaba lo ocurrido, pues ello impedía que se cometiera el séptimo pecado capital, es decir, la ira. “¿Qué estás haciendo?”, preguntaba atónito el personaje de Pitt. “Me jubilo”, contestaba el de Freeman.

Este final alternativo incluso se hizo como un bosquejo gráfico, pero finalmente ganó el argumento de Pitt, es decir, Mills mata a Doe mientras Somerset observa impotente la escena.

Pero si creías que lo anterior era todo, falta todavía mencionar un final que suena demasiado absurdo y que hubiera arruinado toda la película. Leer para creer: el asesino y los detectives tienen un duelo final en una iglesia en llamas, donde Doe captura a Mills, le entierra una cruz en el pecho y lo cuelga en el altar antes de matarlo a tiros. Después de que Mills muere en sus brazos, Somerset dispara a Doe y deja que su cuerpo se queme junto a un cuadro de los siete pecados capitales. Demasiado pomposo y ridículo.

Cualquiera de los finales alternativos hubiera destruido una de las cintas de suspenso más intensas y perfectas de la historia. ¿Qué opinas?

POR RODRIGO AYALA

Editor especializado en cultura pop, cine, historia, literatura y música. Amo el terror, la música rock, los conciertos y el running. Escribí los libros “Siempre al anochecer y otros cuentos de lo extraño” y “Potwór” para exorcizar mis demonios. Mi frase favorita: “It can't rain all the time”.

rodrigo.ayala@editorialtelevisa.com.mx
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