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#TREND

‘The Rampage’ es la película más divertida y absurda de The Rock

Cuando uno piensa en Dwayne ‘The Rock’ Johnson inmediatamente piensa en todas esas películas de acción llenas de testosteron y las grandes luchas que la celebridad dio como luchador. ‘La Roca’ representa todo lo que puede salir bien en Hollywood: dinero, fama, éxito y el aprecio del público. No hay duda que el tiempo lo coronará como el actor más taquillero del cine (lo sentimos, Harrison Ford).

Por ello, tras emocionarnos con la última entrega de Fast & Furious y llevarnos directo a la jungla en la secuela de Jumanji, ahora ‘The Rock’ nos presenta lo último de sus combates para salvar a la humanidad: ‘Rampage: Devastación’.

La película nos presenta a Davis Okoye, un experto en primates y un hombre que se mantiene a distancia de la gente. Tiene un vínculo entrañable con George –un gorila espalda plateada extraordinariamente inteligente– a quien ha cuidado desde que nació. Cuando un experimento genético se sale de control, provoca que George mute de ser un simio gentil a una criatura furiosa de proporciones monstruosas. Para acabar de empeorar la situación, se descubre que hay más animales con alteraciones similares. Mientras estos nuevos depredadores alfa destruyen todo lo que encuentran a su paso por Estados Unidos, Davis Okoye busca un antídoto junto con un ingeniero desacreditado.

Ellos deberán enfrentar un campo de batalla que cambia todo el tiempo no solamente para evitar una catástrofe mundial, sino también para salvar a la criatura temeraria que alguna vez fue su amigo.

Lo malo:

Si va al cine a ver esta producción como una película más de monstruos que destruyen la ciudad, la experiencia puede ser muy divertida. Desafortunadamente esto sólo se vive durante los 20 minutos climáticos. El resto de la película es tristemente un poco aburrido incluso para la clase de historia que se intenta contar: mientras que ‘The Rock’ aporta un montón de personalidad al compartir un vínculo sorprendentemente conmovedor con su gran amigo digital, ‘Rampage’ intenta desarrollar una historia de complot tan innecesariamente compleja que apenas le da tiempo a Johnson y a su amigo gorila tiempo de calidad en pantalla.

Lo bueno:

Pasando al lado más positivo de la película, Jeffrey Dean Morgan es el único que se divierte genuinamente en ‘Rampage’, pues tanto él como el director saben que el núcleo central de la película, además de estar en la relación entre el animal y hombre, es tomar una situación completamente absurda y convertirla en algo serio, al menos para los antagonistas. ¿Quién no disfruta de “J.D.M” dando un discurso emocional sobre una serie de animales gigantes atacando a la humanidad? Sin necesitar de un bate para complacer a los fans, el actor logra que la experiencia que es ‘Rampage’ sea gratificante.

En los momentos precisos, Brad Peyton puede de manera “ceremonial” un momento tan absurdo como caótico con bestias gigantes peleándose entre edificios en llamas, con ‘The Rock’ intentando salvar el día… ¡Y eso está bien! Es fácil creerse las tonterías encontradas en el último acto gracias a su habilidad como cineasta, y se puede decir que usa estos elementos como punto clave para hacer agradable la película. Si pudiéramos compartir ese entusiasmo por sus tediosos primeros dos actos.

Aunque la acción y el show completo llegan hora y media después de empezada la película, ‘Rampage: Devastación’ se cuela en la lista de las mejores (y tontas) cintas de acción de Dwayne ‘The Rock’ Johnson. ¿Es eso algo malo? Depende del espectador que seas, pero siendo honestos nunca esperamos más de lo que un mono gigante peleando contra un lobo aún más grande nos prometieron.

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